Fruta de hueso con piel de terciopelo, dulce con un toque ácido, refrescante y saludable, el melocotón tiene su origen en China donde lo llaman la fruta de la inmortalidad.
Se presenta en dos grupos de variedades, dependiendo del color de la carne, blanca o amarilla.
Las flores, que brotan al principio de la primavera, tienen un bellísimo color rosado y otorgan al pequeño árbol un aspecto maravilloso.
La nectarina se ha convertido en una de las frutas por excelencia de la primavera, ya que tiene un alto poder depurativo del organismo a la vez que nos aportan muy pocas calorías. Tiene un sabor singular y diferente al resto de frutas, de ahí su nombre, que hace referencia al néctar y a la dulzura especial de esta variedad.
La nectarina es un fruto redondo, con hueso, con la carne jugosa y con la piel lisa que se puede consumir sin pelar. Se trata de una variedad de melocotón y al igual que él también existen dos grupos de variedades, carne blanca y carne amarilla. Tiene un color más vivo y es, generalmente, más pequeña.
Los paraguayos son una de las frutas de hueso más exquisitas y nutritivas que la naturaleza nos ofrece, siendo los meses de mayo y junio aquellos en los que se encuentra disponible. Hermanos de melocotones y nectarinas ya que se trata de una mutación natural del melocotón.
El paraguayo se distingue por su piel aterciopelada, su sabor dulce y su color cálido, siendo de tipo carnoso y con semilla en el interior. Además de la forma achatada, se diferencia del melocotón en un sabor más intenso.
Al paraguayo le ha salido una dura competidora: la platerina. Las platerinas son un cruce realizado mediante hibridaciones naturales de nectarina por paraguayo, la principal diferencia estriba en la piel, el paraguayo tiene vello mientras que la platerina no, lo que, sumado a su ideal tamaño, le atribuye la característica de una gran facilidad de consumo.
Lo más habitual y la mejor forma de disfrutar de ellas es comerlas en crudo, como cualquier fruta de hueso.
El albaricoque es el fruto del albaricoquero. Se trata de una fruta de entre 5 y 9 centímetros de diámetro, con forma redondeada y un surco que la divide por la mitad longitudinalmente. Muestra una gran gama de colores según variedades, pudiendo encontrarse albaricoques amarillentos, anaranjados o rosados.
Su piel es aterciopelada, presentando una pulpa amarillenta-encarnada, de sabores que van desde el dulce al agridulce y con hueso liso de almendra. Su tamaño y forma dependen de cada variedad por lo que se podrán encontrar desde frutos con estructuras ovaladas a prácticamente redondas.